También cabe mencionarlo como instrumento útil en los hogares porque lo había en casa de los padres, en casa de los abuelos... si el niño se encuentra mal: "ponle el termómetro que puede tener fiebre".
La lucha contra la contaminación ha sido la causante de que en julio de 2007 ya se aprobara una ley en la que se pedía que en año y medio se dejaran de fabricar este tipo de termómetros ya que se demostró que su contenido podría contaminar una extensión terrestre o acuática semejante a 200 campos de fútbol y en el organismo humano ingerido o tocado no hace nada pero inhalado puede producir graves efectos neurológicos con lo cual se aprobó la ley afectando a 27 estados miembros de la Unión Europea.
Sin embargo, y como en tantas otras cosas la tecnología nos ha dado a conocer otros termómetros más cómodos como los ya conocidos digitales que ya se vienen implantando hace tiempo incluso en servicios hospitalarios aunque la diferencia con los caseros es que los cabezales son de plástico desechable (ante todo higiene y prevención).
La buena noticia para los coleccionistas es que se retiran del mercado pero no de las casas particulares por tanto quién se quiera deshacer de él que lo lleve al punto "SIGRE" de su farmacia y otros como en mi caso que lo quieran conservar pues que se lo queden porque de aquí a unos años quizá quede en el olvido y sin embargo ha sido un instrumento sencillo, cómodo y a la vez útil durante siglos.
2 comentarios:
Hola Marta. Yo en mi vida habré roto como 12
y muchas veces me entretenia jugando a juntar las bolitas despàrramadas por el suelo, me parecia mágia.Después me enteré de lo peligroso del mercurio y opté por comprar los últimos modelos. Gracias por tus informaciones, una aprende mucho en tu blog.
Un beso
Como dice genetticca, era maravilloso jugar con las bolitas de mercurio que siempre me ha parecido mágico, no en vano es el único metal líquido a temperatura ambiente. Saludos, Kiko
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